jueves, 8 de octubre de 2015

Confiar para avanzar

La confianza es la base de las relaciones, hace que las decisiones sean más rápidas y facilita la comunicación. La ausencia de confianza dificulta cualquier avance, oculta información, genera rivalidad e intrigas.

Stephen M.R. Covey hijo del famoso Covey por el libro “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva” profundiza en la importancia de la confianza en su libro “La velocidad de la confianza”. Dos libros que recomiendo leer. Sobre los 7 hábitos ya escribí un post; en este abordaremos la importancia de la confianza, tanto con nosotros mismos como con los demás, recogiendo las principales ideas del libro “la velocidad de la confianza”.

Según Covey la confianza se basa en cuatro pilares:
  1. Integridad: Hacer lo que dices. Esta integridad se apoya en la coherencia entre lo que piensas, sientes, dices y haces.
  2. Intención: tener buenas intenciones (sin intenciones ocultas). Decía Gandhi que si hay duda sobre las motivaciones de una persona todo lo que hace queda contaminado.
  3. Competencia: Saber hacer sobre el tema encomendado. Seguramente no dejarías la gestión de la empresa a quien no supiese sumar, aunque tenga muy buenas intenciones. Como no dejarías al cuidado de tus hijos a quien no considerases competente.
  4. Resultados: Los resultados obtenidos previamente suponen una garantía de que esos resultados se pueden volver a obtener.
Son estos cuatro pilares los que debemos desarrollar para generar confianza en nosotros mismos y de los demás hacia nosotros.
Para escalar debes confiar en quien te sustenta
Foto de Edu-im en Flickr - Rapel
La confianza generada aporta dos resultados inmediatos:
  • Aumenta la rapidez con la que conseguimos los resultados: las comunicaciones son más fluidas, el llamado voto de confianza puede hacer que nos permitan nuevas iniciativas.
  • Disminuye los costes, es necesaria menos supervisión, no nos alargamos en negociaciones interminables. Si no hay confianza pagamos el impuesto: redundancias (por si acaso), burocracia y ejercicio de la política, además de penalizar la colaboración, la lealtad y la innovación.
La confianza suele ser un camino recíproco, para que confíen en ti debes confiar en los demás y si no confías en los demás lo normal es que los demás no confíen en ti. Debemos buscar el equilibrio entre ser desconfiados y ser ingenuamente confiados. Un buen consejo puede ser confianza condicionada para quienes acabamos de conocer y confianza en abundancia para quienes se la han ganado.

Si no confías debes contrastar lo que te cuentan. En una organización en la que falta confianza habrá muchas conversaciones de pasillo, se generarán guerras internas, habrá reuniones antes y después de las reuniones oficiales, en las reuniones oficiales no se tratarán con sinceridad los problemas reales y habrá que estar a interpretar lo que se dice.

La falta de confianza lleva a tener que estar pendiente de todos los detalles, si no confías en tus colaboradores supervisarás todo lo que hacen (micromanagement) lo que impedirá que se desarrollen y que te ayuden a conseguir los resultados con todo su potencial.

La confianza se va construyendo aunque basta un momento para destruirla, recuperar la confianza cuando se ha perdido suele ser más difícil que construirla inicialmente, aunque no es imposible de recuperar.

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